Con la despedida a los veinte profesionales de la información, prensa, TV y radio, especializados en el mundo de la pesca, provenientes de distintos puntos de España, Francia y Argentina, finalizó el V encuentro de pesca sostenible y turismo rural celebrado en Cuatro Valles. El Hotel Santa Lucía de La Magdalena fue el último punto de encuentro, donde el Grupo de Acción Local Cuatro Valles agradeció a todos los participantes su presencia con una cena de despedida.

Era el colofón a una estancia de varios días en estos emblemáticos valles de la montaña leonesa, entre Laciana, Babia y los cursos altos del Omaña, Bernesga y Torío. Lugares escondidos donde la naturaleza aún conserva todo su esplendor con las montañas pintadas de blanco todavía en lo alto de sus cumbres y neveros, las aguas discurriendo cristalinas antes del estío y la vegetación emergiendo con profusión en valles y laderas.

Protagonista

El encuentro, además de servir para mostrar los encantos naturales, la gastronomía y la hospitalidad de las gentes ha tenido como centro de atención la trucha leonesa, aquí, donde todavía conserva pura su genética peculiar sin repoblaciones ni hibridaciones. Y no han hecho falta cotos. La pericia de los guías del Proyecto Ninf@calidad ha servido para llevar al visitante a lugares inéditos donde la trucha sobrevive protegida por su propio instinto.

Y ciertamente se ha pescado relativamente bien, unos mejor que otros como siempre, pero con la certeza de que engañar a una intrépida pintona en estas aguas cantarinas paga bien todo el esfuerzo del pescador deportivo.

Miguel Fernández, coordinador del proyecto, puso las emotivas palabras de despedida y Tomás Gil, siempre en su salsa, la parodia del pescador urbano. Ahora tan solo resta recoger la cosecha que los integrantes del Proyecto han sembrado entre quienes han de divulgar los encantos de estos valles y de estas truchas.